Viene la primavera y hay que tener mucho cuidado con las orugas. Pueden llegar a dar una reacción tóxica muy importante en los perros, hasta el punto de ser mortal en aquellos que la ingieren o se la introducen en la boca.
Cuando los perros tienen contacto con la procesionaria del pino pueden presentar signos de irritación facial, de patas o en las zonas de contacto. También pueden producir inflamación en la lengua importante, que puede evolucionar a una necrosis del tejido. Si el animal olfatea los pelos de la oruga puede ocasionar signos de dificultad respiratoria.
Se trata de una reacción anafiláctica que requiere una visita urgente al veterinario. Si un perro tiene contacto con la procesionaria hay que acudir rápidamente al veterinario para recibir un tratamiento lo antes posible.